SENCILLAMENTE PERFECTO.

¿Queréis ser un ejemplo de elegancia el día de vuestra boda? El primer paso, obviamente, consiste en elegir un

vestido de estilo refinado y delicado que aporte glamour y distinción a vuestro look. Pero, si bien es cierto que esta es una de las claves principales para lograr ese toque especial de exquisitez que buscáis, no es la única forma de conseguirlo …

Empecemos por el principio para no perdernos:

1- Vestido de novia elegante.

Y ¿cómo se supone que debe ser? Lo fundamental es encontrar un punto de equilibrio que nos permita huir tanto de cualquier exceso como de una sobriedad desmesurada. Una cola demasiado larga, tejidos desproporcionadamente vaporosos o sobrecargados de encaje son elementos extremos que se alejan mucho del la finura que buscamos. Pero, de igual manera, la ausencia de cualquier tipo de complemento puede arruinar el conjunto nupcial.

2- Tacones apropiados ¿o no?

Los zapatos juegan papel fundamental ya que no solo deben afrontar la ceremonia sino también toda la fiesta posterior (que puede alargarse más de lo previsto). Podemos estar tentadas por unos tacones de vértigo pero debemos recordar la necesidad de que, caminar con inseguridad y tratando de evitar inoportunos tropezones, no resulta para nada elegante. Podemos llevar un vestido de ensueño y estropear el juego de elegancia por un paso indeciso o incómodo. Así que no deberíamos descartar las sandalias nupciales o los zapatos bajos si con ello nos aseguramos de caminar con estilo…

3- Ramo de flores…discreto.

Un conjunto floral de colores estridentes que contrasten de forma desmesurada con la sobriedad y la elegancia de vuestro vestido no es de lo más recomendable. Los pasteles, sin embargo, son una opción de lo más indicada. Evitemos igualmente los ramos demasiado grandes o con flores de tamaño exagerado que pueden restar protagonismo a quien de verdad lo es…

4- Imagen cuidada, no sobrecargada.

El bronceado: es importante prestar atención a las marcas que pueden dejarse ver según el tipo de escotes y transparencias del vestido. Y tampoco puede dejarse de lado la importancia del tono. Un aspecto ligeramente dorado os aportará luz y color así que deberían evitarse esas horas a la orilla del mar los días previos al enlace…

El maquillaje es otro elemento de gran importancia que podrá realzar vuestro look o simplemente estropearlo definitivamente. La idea es que la piel luzca perfecta y luminosa, los ojos penetrantes y dulces y la boca sensual como nunca antes. Pero todo ello no se consigue con dos kgs de base y otros tantos de sombras que os cambie hasta la expresión del rostro…Debéis ser vosotras mismas con vuestros mejores rasgos destacados…Una vez más el equilibrio es la clave.

Una manicura desacertada también puede jugaros una mala pasada y robar, innecesariamente, importancia visual a la alianza. Evitad uñas interminables, adornos y brillantinas y esmaltes llamativos que podrían, además, entrar en conflicto con la elegante simplicidad de vuestro vestido. Apostad, sin embargo, por los colores neutros y conceded al anillo la soberanía deslumbradora de vuestras manos.

La joyería: Cubrirse de joyas por todas partes lo único que conseguirá es haceros parecer un árbol de navidad fuera de temporada. Lo aconsejable es llevar las manos desnudas para que se rindan únicamente a la belleza del anillo de compromiso, que es la estrella por excelencia en este día. Así que también hay que tener cuidado con el tipo de tiaras y brillantes del vestido para que no le quiten protagonismo.

También los escotes muy pronunciados pueden alterar el look. Se trata de sentirse sexys pero no de caminar medio desnudas hacia el altar. Como hemos dicho previamente los excesos son enemigos a ultranza de la elegancia. Hay que jugar con los detalles y evitar, en la medida de lo posible, aberturas vertiginosas o tejidos muy cortos y ceñidos.

Y ya tenéis las claves para que la elegancia sea la clave de vuestro vestido de novia…

Fuente: www.leitv.it
Imagen: Organza.