IT FEELS SO COOL.

Desde los Estados Unidos llega una nueva moda para personalizar el ambiente nupcial y lograr que la velada sea de lomás especial para todos. Consiste en mezclar detalles novedosos y de tendencia con otros más clásicos y románticos de modo que se consiga un aire de frescura y calidez envidiables.

Estos son algunos de los elementos que se consideran imprescindibles para lograr este sorprendente efecto:

Para volver al pasado:

Las pizarras de toda la vida utilizadas como carteles para indicar los espacios, describir el menú o agradecer la asistencia a los invitados. Se pueden decorar con elementos en blanco o de color para dotarles de un aspecto más primaveral y vivaz.

Las perlas y los encajes, especialmente para celebraciones que tienen lugar fuera de la ciudad. Basta con incorporarlos en pocos elementos para rememorar el valor de la tradición. Además se han puesto también muy de moda en los vestidos de novia así que resultan perfectos para ciertos estilismos.

Repostería varia: dulces, pasteles, pastas…colocados junto a la tarta nupcial. Aportan color, enfatizan la idea de fiesta y resultan de gran agrado para picotear en cualquier momento.

Selecciones musicales con piezas clásicas de los años 60, 70 y 80. Nada mejor que echar la vista atrás con algunas canciones de tiempos pasados para desatar las ganas de juerga entre los invitados, especialmente aquellos menos atrevidos. Además resulta un método muy útil para crear un puente, divertido y alegre, entre los invitados de distintas generaciones.

Para viajar al futuro:

Simplicidad ostentosa. En realidad no significa otra cosa que utilizar muy pocos elementos de decoración pero todos ellos de diseño. De este modo se subraya con elegancia la importancia del momento.

Historia en cada detalle. Quizá una narración del menú o anécdotas de la pareja o del lugar en el que se celebra el matrimonio mediante carteles o ilustraciones…

Espacios abiertos que permitan perder la vista en el horizonte y crear la sensación de calma y ligereza de espíritu. En el campo es sencillo encontrar lugares que transmitan esa libertad. Y en la urbe, se puede conseguir también ya sea con una terraza amplia y vistas panorámicas o con un jardín botánico por ejemplo.

Solo blanco (en cualquiera de sus versiones). Es decir, tejidos, flores y objetos únicamente de este color para un efecto nupcias nada aburrido. Ideal para celebraciones en verano por la magia que se instaura pero también para el invierno, por el toque de fábula que crea…

En realidad la imaginación es el límite ya que el truco de esta nueva tendencia reside en la mezcla de lo antiguo y lo nuevo, de lo tradicional y lo actual…Basta con recuperar ciertas texturas, detalles, elementos o ideas del pasado y combinarlas con las modas más recientes siguiendo siempre los gustos y personalidad propios así como el tema elegido para la boda…Y, después, solo queda dejarse llevar por la creatividad!

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Fuente: matrimonio.it/bridalnews/
Imagen: Pixabay