DIP DYED.

Hoy en día la celebración de un matrimonio se ha convertido (o puede convertirse si así se desea) en una fiesta cromática sin precedentes. Una explosión de color tanto en los complementos decorativos como, por qué no, en el vestido de novia. Y es precisamente de este concepto tan visualmente atractivo, de donde nacen las colecciones dip-dyed.

Esta es una tendencia que, sin embargo, no es apta para cualquier futura esposa ya que rompen con la tradición y el protocolo habitual para sorprender con detalles colorados en la parte inferior del vestido. Elegantes y muy sofisticados modelos que resultan perfectos para quienes buscan provocar desconcierto y fascinación al mismo tiempo. Extravagantes y originales apuestas que, sin lugar a dudas, no dejarán a nadie indiferente.

Las principales tonalidades que visten estos conjuntos son los azules, rosas, amarillos o violetas y aparecen, al final del vestido, sutilmente entrelazados con el blanco. Si se quiere una fórmula discreta del dip-dyed se pueden teñir únicamente las enaguas interiores o bien colorear los bordes para que combinen con el calzado. La única regla para lucir este estilo debidamente es respetar la técnica del dip-dyed, es decir, que no se trata de aplicar un solo color sino que el tono elegido debe partir con una tinta suave y ligera a la mitad del vestido para después irse definiendo en la parte final.

Este tipo de modelos nupciales, además, ofrecen un amplio rango de posibilidades creativas ya que pueden conjugarse con el color del ramo, de la carta del menú, de los regalos de los invitados…etc. Cualquier elemento es susceptible de ser coordinado con el toque cromático elegido para el vestido. O incluso el propio novio. ¿Por qué no invitar al futuro esposo a incluir en su traje algún detalle de ese mismo color? Cuál será su sorpresa al descubrir, esperando en el altar, el motivo de tan curiosa petición…

¿Te vas a atrever?

 

Imagen: Leitv.it